domingo, 10 de julio de 2011

Domingo de invierno


Esta mañana me encontraba igual que siempre, tomando un delicioso jugo de durazno, cuando recordé mi viejo libro de recortes, un hermoso cuadernillo colmado de momentos que fueron y que serán; momentos que recopilé con libertad e intensidad, también con dedicación. Un montón de curiosidades para perderse y no volver más. Eran cosas sencillas y fáciles de conseguir, pero de una frescura inolvidable; hojas de otoños lejanos, postales de lugares que jamás he visto, anuncios de obras de teatros y así. 

¡Hace mucho que no abría aquél cuaderno, menos escribir y coleccionar palabras! 


Me encantaba pasar tiempo con mi cuadernillo. Y ahora, lo tenía tirado por ahí como muchas otras cosas que después el tiempo te hace olvidarlas. El mismo tiempo que me hacía ahora recordar que las había olvidado. ¿Cómo pude abandonar algo que realmente me regocijaba? 

Eso ya no importa, lo que interesaba ahora, es recuperar lo perdido. Primero buscar al famoso cuaderno, luego ponerlo al tanto de todo lo que ha pasado, y por último cumplir lo que decía en esos entonces: hacer cosas nuevas. Estas cosas nuevas se hacen con calma, no puedo ir a bailar por la calle completamente desnuda porque se me ocurrió, ó lanzarme en benji, como una completa lunática.  Hay que empezar de a poco, debo hacer cosas que jamás haría, pero que las harían todos los demás. Cosas que realmente me dificulten la vida, como las de hacer deporte. Ya sé que es deporte, y qué no hay nada de nuevo en eso. Pero, si algo quieren saber de mí es que soy absolutamente terrible para los deportes, ¡lo he intentado, pero soy malísima! La única vez que salí a trotar cerca de mí casa casi me dio un infarto. Literalmente un infarto. 

De modo que está claro que no voy a trotar si es eso lo que piensan,  ¡tampoco estoy chiflada ni nada parecido! ¡Que una obstrucción es una obstrucción! ¿A quién le da un infarto por trotar?

Ahora  que no dejé dudas, no veo el por qué no intentar otra clase de deporte, que no involucre el andar con prisa. Tal vez debería retomar el yoga y hacer algo de bicicleta, para luego poder deambular por las calles y tomar miles de fotografías. 

Les propongo lo mismo; hacer cosas nuevas para no volverse loco, tales como bailar por la calle al estilo Gene Kelly, hacer un viaje sin plan ni propósito, disfrutar el invierno para disfrutar el verano, deleitarse con un café, una canción, un buen libro, incluso la soledad, tal como lo hago yo.

¡Feliz Domingo de invierno y feliz cumpleaños abuela!

2 comentarios:

  1. Pues si un buen deporte.. la bicicleta!! Dar un paseo en bici es genial.. :)

    Un beso.

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  2. Gran verdad.. la bicicleta es saludable, rápida y sobretodo limpia..

    ya paso por tu blog (:

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