Nunca podría ser un mimo, de eso estoy segura. Los mimos nunca son escuchados, por que no emiten ni una sola palabra. Ellos, como siempre tienen la situación bajo control, a diferencia mía, que no puedo probar que sea del todo cierto. Quisiera alguna vez ser un mimo, para vestirme de negro y pintarme de blanco. Para no poder reír ni llorar. Para poder hacer muecas sin que nadie te mire raro. Aunque extrañaría mis palabras, aveces todo es más fácil sin ellas, a veces una palabra al extremo del teléfono lo cambia todo y lo desordena.
Yo también quisiera ser un Mimo en este momento. Que hermosa analogía, un beso muy grande.
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